Mordiste el fruto bestial
de la manzana podrida
(dicen los que saben)
y te convertiste
en la diosa a la cual los animales claman
su belleza, la serpiente no puede morderte
por que como venus estas hecha para encantar.
El sonido de tus tetas
en las manos de quienes te desean
saben a
cascabeles suaves y perpetuos.
A los que amamos
tus costados nos
elevaste a la santidad
haces sentir que la tierra es tierra y eso basta.
Tus ojos nacieron para decir la verdad: la
manzana podrida no era tal.
Diosa escondida en los aforismos del Atma,
estas mirando
desde la selva a
este mundo
hecho de silencios hipocritas
que
nada tienen
que ver con los cascabeles suaves
y perpetuos que nacen de tus pezones
y se escuchan de noche
cuando las luciernagas juegan
en tu flequillo.